Manius Gallius

Manius se alistó por dinero. A el las idea sobre la grandeza de Roma se la trae sin cuidado, no así con su hijo Rufus, que viendo cómo trataban a su padre el ejército al que tanto dedicó, amaban Roma.

Manius se enroló en el ejército bajo el mandato del emperador Tiberio, y tras varios vaivenes con su superior, logró tener un puesto tranquilo como armicustos, o lo que es lo mismo, armero de su centuria.

El destino hace que lo encuadren dentro de los refuerzos solicitados oficialmente por el prefecto de Judea Poncio Pilato. Allí conocerá de primera mano un apartado de la historia que cambiaría el mundo.